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No, no era esto, sin nosotros no podéis

10 julio, 2015
Por que escoger un mal menor

Con las últimas primarias Podemos se despodemiza del todo.

En un ciego intento de ganar votantes Podemos parece haber dejado atrás a Podemos, de manera que el nombre ahora ya no representa a todo aquello que nos convocó en su presentación y que hizo que tanta gente apoyara, formando círculos y aportando vida y esfuerzo.

Yo escribí al día siguiente de su presentación un artículo [1] porque entendía que era nuestra obligación, la de los ciudadanos que habíamos estado pasivos, participar en política (también en la institucional).

De lo que ha pasado hasta aquí me ilusionó lo de las Europeas, que yo interpreté como un éxito de todos los círculos que se volcaron en una campaña masivamente horizontal e ilusionante. Me emocionó lo de Teresa Rodríguez en Andalucía o la candidatura de Pablo Echenique, y Monedero, para mi el pensamiento político de Monedero debería ser fundamental.

Sin embargo en su conversión en organización Podemos se ha perdido por completo. Ha vaciado de realidades de participación efectiva y suma de ideas y esfuerzos el proyecto y se ha convertido en otro más del montón de partidos ‘camarilla de amiguetes’.

Y, sinceramente, creo que se han equivocado por completo, y que nos han mentido y/o nos han dejado tirados. «Que no, que no nos representan» no era solo un lema, un grito de rechazo. Era la expresión de una postura con respecto a los desvergonzados, advenedizos, traidores y vendidos que se habían aupado a las instituciones y estaban haciéndonos la vida cada vez mas complicada mientras, en el mejor de los casos, lo acompañaban con buenas palabras.

No parece que Podemos vaya a destacar en ese paisaje. Solo le falta ir a la banca, de una u otra manera, para cumplir todas las demás clausulas de los partidos tradicionales. Pero dado que no necesitan ni fidelidad a sus valores ni a su discurso cuando suceda no me va a sorprender lo más mínimo.

Lo más grave es que nos han dejado sin opción. Nos han utilizado, a los votantes, a los activos, a los despiertos, a los necesitados, para montar su chiringuito de poder. Y esto nos va a producir más dolor y desconfianza. Ya sabemos que lo que hagan será para ellos con nosotros como excusa, ninguna diferencia con PSOE, PP, IU, ERC, PNV o cualquier otro partido.

Porque este sistema genocida y voraz va a acabar con todo y todos, entre miseria y horror. Porque el gobierno mundial de facto, ese que se junta en las reuniones del grupo Bídelberg, de la comisión Trilateral y que se exhibe en Davos lo que ha apuntado es una miseria generalizada para todo el planeta, la gente ya no importa y no hay que disimular porque no se ve alternativa.

Y necesitamos ese cambio apuntado. Necesitamos esa alternativa. Necesitamos esa suma de personas que desde las políticas institucionales le pare los pies a los genocidas. No es opcional, es cuestión de supervivencia y de posibilidad de futuro.

Pero ese cambio no vendrá de la mano de Podemos. Podemos ya es un viejo decrépito antes de haber dejado de ser niño, quizá porque el veneno de la arrogancia, la soberbia y la exclusión anidaba en su ADN mutante pero no lo sabíamos ninguno. Quizá, en un alarde de bienpensar por mi parte, ni ellos.

[1] ¿Que si podemos? ¡Debemos!

From → 15M

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